Las emociones son un elemento con mucho valor y cada vez está más buscado por parte de las marcas. Esto se debe a que las firmas han descubierto que están muy ligadas a las emociones. Es un aspecto muy poderoso para lograr fidelidad, recuerdo de marca, conexión con la misma y, por encima de todo, impulsa a comprar.
Los consumidores sienten que las decisiones de compra que están tomando son racionales, pero las emociones son fundamentales en el proceso. Además, al formar parte del subconsciente, son muy difíciles de controlar. Los consumidores se dejan llevar por los impulsos a la hora de adquirir un producto o servicio. Es decir, toman una decisión de compra en función de la experiencia previa que hayan tenido con la marca. Siempre tendrán en cuenta la sensación que hayan experimentado en esa experiencia previa.
En resumen, las emociones son muy importantes para las marcas, las cuales se están esforzando cada vez más en emplear el marketing emocional en sus estrategias de marketing. La cuestión es cómo hacerlo bien.
Si tu objetivo es llegar al corazón de los consumidores, una estrategia de marketing emocional es la mejor opción. Según la consultora APCO Worldwide, el 60% de las decisiones de compra están motivadas por las emociones.
¿Qué vas a ver en este artículo?
Apelar a la parte emocional del cerebro
Las marcas deben ser capaces de conectar con el lado emocional del cerebro. Si algo nos enseña la neurociencia es que todas las decisiones que tomamos en nuestro día a día están regidas por las emociones.
Los consumidores, por tanto, conectan los productos que compran y consumen con las emociones. Sentimos esas emociones cuando compramos el producto, lo consumimos o lo recordamos, por lo que es una base fundamental a la hora de decidir qué queremos adquirir. En pocas palabras, las emociones que sentimos mientras consumimos son las que asociaremos la marca del producto o servicio.
Sentimiento de seguridad
Los consumidores producen emociones cuando usan un producto, y son muchos los productos que hacen sentir a esos consumidores de forma especial.
Por otra parte, cuando un producto cumple con los requisitos del cliente (calidad, tiempo de entrega, cantidad), la emoción que predomina es la de seguridad. En el caso de que sea un servicio, lo que establece ese sentimiento es que el servicio se haya realizado de forma rápida y efectiva. Las emociones bien dirigidas fomentarán una relación duradera y estable entre marca y consumidor.
La seguridad está relacionada con el bienestar del individuo. El consumidor se molestará si el producto o servicio no está a la altura de las expectativas. Es decir, desarrollará emociones negativas hacia la marca responsable. La emoción que mejor sostiene a una marca, por lo tanto, es la seguridad.
Algunas emociones tienen más fuerza que otras
Lógicamente, hay emociones que funcionan a favor de una marca y otras en contra. Las emociones positivas (alegría, satisfacción) fomentarán la fidelidad de marca y facilitarán que los consumidores conecten de buen grado con la marca. Por otra parte, ser popular también influye en la percepción de una marca.
Hay emociones que hay que tener más en cuenta que otras y, por lo tanto, deben estar vigiladas. La alegría, la sorpresa, el temor, el disgusto y la tristeza son las emociones clave para llegar a los consumidores o, si se manejan mal, perderlos. La felicidad, junto a la seguridad, es la más poderosa de todas.
Cabe destacar que es más importante conocer bien a tus clientes para saber exactamente qué es lo que quieren y ofrecérselo directamente, que jugar la baza de la felicidad sin tener nada más en cuenta. Habrá matices que te ayuden a conectar mejor con tus consumidores.
De todas formas, las emociones negativas como la tristeza, también tienen su función. La tristeza es una emoción fuerte y, si se usa bien, creará recuerdos poderosos y memorables. Si tu producto o servicio está dirigido a acabar con la tristeza, es la mejor opción.
Fideliza a tus clientes
Las marcas desarrollan estrategias de publicidad emocional con el simple objetivo de fidelizar a sus clientes o para llamar la atención de consumidores nuevos. Las empresas generan ilusiones y espacios basados en las ilusiones mediante las experiencias con su marca.
La publicidad emocional es una herramienta de comunicación perfecta para diferenciar una marca de la competencia. Gracias a ello, generan emociones positivas en los consumidores, captando su atención y transformándolo en un aumento de las ventas.
El marketing y la publicidad de una empresa que quiera enfocarse a la publicidad emocional debe ofrecer un producto o servicio que sea capaz de conectar con su público objetivo. Una estrategia bien desarrollada generará valor de marca y transmitirá cercanía y fidelidad.
Lo mejor es involucrar a los consumidores, haciéndoles sentir que forman parte de la marca. El cliente potencial quiere que las firmas le faciliten la decisión de compra, por lo que éstas deben realizar propuestas comerciales dirigidas a apelar a las emociones de ese cliente. Si se hace correctamente, se generará cercanía y el consumidor se dejará guiar por esas sensaciones.
Las emociones no se venden
No podemos vender a los consumidores la sensación de ser felices, ni de estar seguros. Lo que sí se puede vender es un producto o servicio que les haga sentir esas emociones, utilizando las estrategias de marketing emocional.
En Sequio cuidamos hasta el último detalle de nuestros artículos personalizados con el fin de que transmitan las emociones adecuadas.
Los regalos publicitarios como las camisetas personalizadas o los USB personalizados son perfectos para fomentar la sensación de felicidad en los consumidores. Esto se debe a que perciben el artículo publicitario como un regalo.